DIARIO EN DIRECTO
Antes de que la película "La pasión de Cristo", de Mel Gibson, llegara a la pantalla grande en 2004, varias agrupaciones judías en Estados Unidos intentaron boicotear su estreno.
La mayoría de estos grupos argumentaba que la película, que relata de manera bastante cruda los últimos momentos de Jesucristo según los evangelios canónicos, promovía el antisemitismo.
Es decir, que servía para promover -con el alcance global del cine de los grandes estudios- el rechazo contra el pueblo judío y su cultura.
Al final el boicot no ocurrió y, en cambio, "La pasión de Cristo" se convirtió en la película para mayores de 18 años más taquillera en la historia del mercado de EE.UU. y Canadá hasta la fecha de su estreno.
Sin embargo, aquella polémica por la película dejó plantada la semilla del debate sobre una antigua cuestión: ¿es la narración de la pasión de Cristo la fuente del antisemitismo moderno?
El relato de los eventos que según la creencia cristiana culminaron en la muerte de Jesús, que se conocen como la pasión y están en el centro de las conmemoraciones de la Semana Santa, es presentado en los llamados evangelios canónicos (los cuatro aceptados como legítimos por la Iglesia).
"Pero no es posible dar una respuesta simple a una pregunta como esa. Antes tenemos que definir de qué estamos hablando, ¿de antijudaísmo clásico o antisemitismo moderno?", le dijo a BBC Mundo Jonathan Elukin, profesor de historia judeocristiana del Trinity College de Connecticut.
"El antisemitismo moderno tiene que ver más con una concepción política y de raza, que con una religiosa", explicó el académico.
"Hay que hacer una profunda revisión de la historia donde hay elementos que afirman y a la vez niegan ese vínculo", señaló al hablar sobre el relato evangélico y el sentimiento de recelo hacia los judíos.
Antisemitismo vs. antijudaísmo
Pero recurramos a las definiciones, en primer término. Antisemita se llama al "enemigo de los judíos, de su cultura o de su influencia", según el diccionario de la Real Academia Española.
Y el término fue popularizado por el periodista alemán Wilhelm Marr en varios artículos publicados en el siglo XIX, en donde sugería que la amenaza de los judíos hacia Alemania era racial.
Sin embargo, existen registros documentados de varios escritos antiguos en los que se habla de este "rechazo" y "temor" al pueblo judío, en lo que se conoció como antijudaísmo clásico.
Por ejemplo, el periodista español César Cervera señala que el escritor griego Diodoro Sículo anotó en su documento "Biblioteca histórica", del siglo I antes de Cristo, que "los judíos han elevado su odio a la humanidad al nivel de una tradición".
Varios historiadores, como el alemán Peter Schäfer, también indican el creciente desprecio al judaísmo que se expresaba durante la época de la helenización de Oriente a cargo de Alejandro Magno.
O dentro del Imperio romano, donde no era bien visto el carácter monoteísta de la religión judía como tampoco lo que Schäfer señala como "la creencia de que eran el pueblo escogido por Dios".
"Es cierto que los romanos no veían bien las costumbres judías, ni el hecho de que solo adoraran a un solo Dios, pero tampoco creo que eso los llenara de temor. Mientras no generaran una rebelión, los romanos tenían cosas más importantes de qué ocuparse que los judíos", explicó Elukin.
Sin embargo, son varios los académicos que señalan que, tras la muerte de Cristo y la publicación de las primeras versiones de los evangelios, el sentimiento se elevó aún más debido a textos como los del mártir Justino y el propio San Agustín de Hipona.
Justino, quien murió hacia el año 168 d. C., es reconocido como uno de los primeros apologistas cristianos y señaló en varios textos que los judíos eran culpables de perseguir cristianos, y que lo habían hecho desde que "habían matado a Jesús".
Mientras que San Agustín, uno de los principales pensadores cristianos de la Edad Media, señaló que -aunque había que promover la coexistencia pacífica con los judíos- "ellos no podrán escapar al castigo divino de ser culpables de la muerte de Cristo".
"Desde el siglo II, la Iglesia católica desarrolló una teología altamente hostil al judaísmo", escribió la historiadora italiana Anna Foa.
"Y se desarrolló la que fue llamada 'Teología de la sustitución': con la llegada de Cristo, Dios habría reemplazado la antigua elección (o preferencia) por los judíos con su nuevo favoritismo por los cristianos", agregó.
Después de que, pasada la Edad Media, el judaísmo volviera a obtener su condición de "igualdad", avanzara la secularización y dejara de ser una minoría perseguida, comenzó otro tipo de recelo: el económico y racial.
"Desde el siglo XIX, comenzaron a verse en Europa nociones en contra del pueblo judío como una amenaza económica y política que debía ser erradicada", anotó Elukin.
"Ahí es cuando se comienza a hablar de antisemitismo moderno, que alcanzó su máximo punto con el holocausto nazi", añadió.
¿Tuvo algo que ver la Pasión de Cristo?
Durante la Edad Media, el judaísmo se convirtió en una religión minoritaria en Occidente, dominado por el cristianismo.
Pero muchos historiadores rechazan la versión de que los evangelios, los escritos de Justino -que hacían especial énfasis en el papel de los judíos en la pasión y muerte de Jesús- y algunos textos de San Agustín generaran un sentimiento antijudío.
"Es seguro que los evangelios no tienen nada que ver con este sentimiento. El de San Juan, supuestamente el antisemita, afirma que la salvación viene de los judíos", le dijo a BBC Mundo el académico mexicano Jean Meyer.
Meyer, que escribió el libro "La Fábula del crimen ritual: el antisemitismo europeo 1880-1914", había señalado en un artículo publicado en el diario El Universal que hasta el propio papa emérito Benedicto XVI había dicho que "esa afirmación no tiene fundamento y que ningún cristiano puede responsabilizar a los judíos de la muerte de Jesús".
"La muerte de Cristo, lo dice el propio catecismo de la Iglesia católica, fue el efecto de su voluntad y no de la violencia de sus enemigos", agregó el experto mexicano.
A esta teoría se suma Elukin, quien hace referencia a San Agustín.
"Es cierto que en algunos escritos de San Agustín hay referencias que podrían verse como antijudías, pero lo claro es que él siempre señaló al pueblo judío como responsable de la salvación en la que creen los católicos", dijo.
Y añadió: "San Agustín marca, por ejemplo, que el cristianismo toma el Antiguo Testamento de la tradición judía, otorgándole de esta manera (al judaísmo) una condición de religión ancestral".
Del otro lado
Sin embargo, hay posturas que apoyan, desde el punto de vista histórico, que el origen del antisemitismo descansa no tanto en el acontecer de la pasión de Cristo como tal, sino en las interpretaciones de esos momentos que varios autores hicieron a través de los siglos.
"El origen del antisemitismo se radica en los primeros años de la cristiandad, pero no tanto por el hecho de la pasión de Cristo, sino por los debates que se extendieron por siglos entre el judaísmo y el nuevo cristianismo", le dijo a BBC Mundo Monika Schwarz-Friesel, experta en temas religiosos de la Universidad Técnica de Berlín.
En su libro "Dentro de la mente del antisemitismo", Schwarz-Friesel señala que el "antisemitismo tiene un origen que se puede revisar dos milenos para atrás, que no se limita a acciones concretas sino a simple verbalizaciones -frases despectivas sobre los judíos- que se han hecho comunes a través de los años".
"Y todo esto ocurrió cuando el judaísmo y el cristianismo se separaron, y el odio religioso pasó de mano en mano, en una seguidilla que tuvo una duración de 2.000 años", explicó.
"Entre muchas cosas, la acusación de que Jesús fue asesinado por los judíos de acuerdo a su ley hebraica tuvo que ver con este odio primario", agregó la académica.
Sin embargo, Schwarz-Friesel concluye que esa visión -que los judíos eran los culpables- cambió con los años dentro de la Iglesia católica, especialmente por la evidencia de que era poco probable que se aplicara la ley judía cuando la región estaba bajo el total control de los romanos.
Lo cierto es que el debate continúa en un momento en que el sentimiento antisemita vuelve a crecer de manera alarmante en Europa y tanto la Iglesia católica y como los referentes del judaísmo intentan aumentar las instancias de diálogo para erradicar ese sentimiento.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario