El resto de estas muertes ocurrieron en las provincias de Monseñor Nouel, Valverde y Dajabón. En tanto, que en los primeros 21 días del mes de junio suman ya 29 los ultimados a tiros, cuchilladas y golpes o que se quitaron la vida ahorcándose. En solo 53 días se registraron ocho feminicidios, cinco de ellos ocurridos en Santiago.
Estos números advierten que las cifras de criminalidad pudieran superar las estadísticas del 2015 en Santiago que superaron las 240 víctimas. En los últimos diez años se han registrado anualmente un promedio de 208 muertes por año y una tasa de 17 por cada 100 mil habitantes en la provincia.
Los años menos violentos fueron el 2006 con 183; 2007 con 177 y 2013 con 172. El año de mayor cantidad de víctimas de la violencia fue el 2005, con 260 muertes. Las muertes de varios comerciantes, ultimados a tiros para atracarlos, ocurridas en Moca y Santiago en menos de dos meses, es la mayor preocupación de la ciudadanía.
En la ciudadanía cibaeña, cada vez son más los clamores por mayores acciones y hasta el arzobispo emérito, Ramón Benito de la Rosa y Carpio advirtió que ya la población está cansada de promesas que permitan reducir la criminalidad y la violencia. Recientemente en el municipio de Esperanza, en la provincia Valverde, las diferentes organizaciones empresariales y la sociedad en general salieron a las calles a pedir el cese de la violencia.
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