La suya fue la última intervención de la noche. También, la más aplaudida.
"Donald Trump hace a los mexicanos insignificantes para la gente que está en Arkansas a la que le gustan los mexicanos, como yo, mi abuela y toda mi gente", dijo el miércoles en la noche pequeño Toby Smith al interpelar en una asamblea pública al senador republicano Tom Cotton.
"Y (Trump) está eliminando todos los parques y PBS Kids (los programas infantiles de la televisión pública estadounidense) solo para construir un muro. No debería hacer eso. No debería hacer todo eso solo por el muro", agregó
El niño, de 7 años de edad, hablaba desde el segundo piso del auditorio del Springdale High School, en Arkansas. Desde la altura, vio la atronadora ovación con que sus palabras fueron recibidas por el público asistente al encuentro con el parlamentario republicano.
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El pequeño se hacía eco de una preocupación extendida en una parte de la población estadounidense relacionada con los ataques que, desde la campaña electoral, han recibido los mexicanos de parte del actual presidente de Estados Unidos, así como de sus promesas de recorte del gasto federal que se teme puedan afectar a la televisión pública, así como al sistema de Parques Nacionales.
"Donald Trump quiere quitar PBS Kids solo para construir el muro, porque no le gustan los mexicanos y está quitando los parques. A la gente le gustan los parques, a la gente le gusta PBS Kids. Y el muro con México… a la gente le gustan los mexicanos", dijo luego Smith en declaraciones a los periodistas.
El senador Cotton, que pareció quedarse petrificado al oír al niño, le preguntó la edad y le dio gracias por participar. Luego se dirigió al auditorio para hacer una declaración.
"Solo quería decir que independientemente de tu origen, de tu herencia, de tus creencias religiosas, parte de la estructura de la sociedad de Estados Unidos es que somos un crisol de culturas. Todos somos un solo pueblo", dijo el republicano.
"¿Qué tipo de seguro médico tienes tú?"
Sin embargo, las críticas del niño a la construcción del muro con México no fueron las más duras que debió escuchar Cotton esa noche.
Una mujer le enfrentó duramente al cuestionar los planes del gobierno de Trump y de los legisladores republicanos de eliminar la ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible (ACA, por sus siglas en inglés), mejor conocida como Obamacare.
"Hay tres miembros de mi familia que estarían muertos, muertos y sin techo, si no fuera por el ACA. Soy una votante enojada. Tú trabajas para nosotros", le dijo la mujer cuya intervención también fue recibida con aplausos del auditorio.
"¿Qué tipo de seguro médico tienes tú? Vamos a tener el Medicare (el seguro para personas mayores de 65 años y para otras más jóvenes con ciertas discapacidades) a mi manera, no a la tuya".
"Tengo un esposo que se está muriendo y no podemos pagar. Déjame decirte algo, si puedes conseguirnos una mejor cobertura que esta, adelante. Nosotros pagamos US$29 al mes por mi esposo y US$29 por mí", agregó la mujer que invitó a Cotton a ir a su hogar para conocer la situación de su familia.
Descontento en las bases
De hecho, este tipo de confrontaciones con legisladores se han venido repitiendo en diferentes partes del país esta semana.
El descontento de algunos ciudadanos se ha hecho presente en los llamados town halls, las tradicionales reuniones asamblearias en las que los políticos estadounidenses se ven cara a cara con grupos de votantes de su circuito electoral.
En la era Trump, sin embargo, se han convertido en una oportunidad para que muchos ciudadanos molestos presionen a sus representantes en el Congreso para que velen para que el gobierno ejecute las políticas que consideran correctas.
Esta semana, por ejemplo, el senador republicano Chuck Grassley, elegido por un circuito electoral de Iowa en el que Trump ganó por un amplio margen, tuvo que escuchar las preguntas de decenas de ciudadanos también preocupados por la promesa de eliminación del Obamacare, pero también por el futuro de los inmigrantes.
"Ya estamos haciendo grande a Estados Unidos", le dijo un inmigrante chileno a Grassley antes de preguntarle: "¿Cómo va a defender usted a los inmigrantes?".
Preguntado por la BBC sobre si tras este tipo de encuentros con los ciudadanos se sentía más presionado para controlar al gobierno, Grassley afirmó que su interés principal es llevar las preocupaciones de los electores a sus colegas en el Congreso.
"No creo que esto deba verse como un reto hacia Trump. Creo que debe verse como que el Congreso está haciendo su trabajo y el presidente está haciendo su trabajo", apuntó.
Protestas "fabricadas"
Pero, la presión de las bases también la están sintiendo los congresistas del Partido Demócrata.
Un estudio del Centro de Investigaciones Pew publicado esta semana reveló que casi tres cuartas partes de los votantes demócratas están preocupados por la posibilidad de que su partido no haga lo suficiente para oponersea las políticas de Donald Trump.
La Casa Blanca, sin embargo, ha intentado restarle importancia a las protestas.
"Algunas personas están evidentemente molestas, pero hay un poco de 'manifestante profesional', hay una base fabricada en eso", dijo esta semana el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, al ser consultado sobre el fenómeno de los town hall.
Paradójicamente, una respuesta similar fue ofrecida en 2009 por gobierno del expresidente demócrata Barack Obama.
"Bueno, creo que han visto que ellos (los republicanos) se han jactado de haber fabricado en cierta medida esa ira", dijo el entonces portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
Se refería a una ola de descontento similar. Entonces, muchos manifestantes no eran demócratas sino miembros del Tea Party y el objeto de su rabia era, casualmente, la inminente aprobación del Obamacare.
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