La llegada del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, a Washington DC para encontrarse con su homólogo estadounidense Donald Trump reabre los interrogantes sobre el paradero de Alejandro Toledo.
El caso del expresidente de Perú (2001-2006), acusado de haber recibido US$20 millones de la constructora brasileña Odebrecht a cambio de la adjudicación de contratos, se convirtió hace dos semanas en una película de suspenso que sigue sin desenlace.
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A petición de la Fiscalía de Perú, el juez Richard Concepción ordenó su detención preventiva el 10 de febrero.
Tres días después, el presidente Kuczyinski, le pidió a Trump que evaluara la opción de deportar a Toledo.
Y ahí se corrió la voz: "Toledo está en Estados Unidos".
Los más conocedores del caso lo situaron en las cercanías de la Universidad de Stanford, California, a la que él y su esposa Eliane Karp-Toledo están vinculados desde hace décadas.
Desde ese momento, BBC Mundo intentó ponerse en contacto con Toledo para conocer su versión de los hechos, pero aún no ha obtenido respuesta.
Relación con la Universidad de Stanford
El hecho de que haya una orden de captura nacional e internacional en su contra e incluso una recompensa de US$30.000 para quien dé información sobre su paradero no facilita la pesquisa.
Quien sí contestó fue el director de comunicaciones de la Universidad de Stanford, Ernest Miranda, que escribió lo siguiente:
"Alejandro Toledo ha sido investigador visitante en Stanford. No es un empleado ni un profesor. No tiene tareas de enseñanza ni laborales en Stanford. Como investigador visitante, pudo hacer uso de un espacio de oficina y de nuestras bibliotecas para documentarse para un libro sobre educación en América Latina. No recibe un salario de Stanford, aunque sí fue compensado por su investigación a través de una donación.
Stanford respeta el derecho de toda persona a un proceso debido. De haber un arresto, su estatus como investigador visitante se interrumpirá hasta el resultado del juicio.
Stanford no interfiere en los asuntos judiciales y no hará más declaraciones".
El propio Alejandro Toledo había compartido semanas atrás en Twitter una carta con membrete de Stanford en la que se establecían estas mismas condiciones.
En ella aparecía el profesor Martin Carnoy -especialista en Economía, Educación y América Latina- como supervisor de Toledo.
BBC Mundo intentó hablar con Carnoy con la esperanza de que pudiera hablar más abiertamente que el portavoz universitario.
Sin embargo, no hubo respuesta y continuó la comunicación con Miranda.
Cuando le avisé de mi inminente visita a la universidad, Miranda advirtió que Stanford debe asegurar la privacidad de todos sus estudiantes, profesores y personal y subrayó que, como reportera, no estaba autorizada a entrar en las instalaciones académicas y residenciales, incluidas las bibliotecas.
Y añadió que ninguna persona de la universidad iba a hacer más comentarios, incluido el profesor Carnoy.
Pero yo ya estaba en Stanford.
Campus majestuoso
Visité el campus universitario, un impresionante complejo de edificios monumentales y otros más modernos por el que no dejan de circular estudiantes en bicicleta, patines, skateboards o a pìe.
Han pasado varias décadas desde que Toledo pisó este terreno por primera vez.
En 1965 llegó a la Universidad de San Francisco con una beca y en 1970, el profesor Carnoy, el mismo que ahora no puede hacer declaraciones, lo aceptó en el programa para graduados de la Escuela de Educación de Stanford.
"Tenía la ambición de alguien que ha empezado en lo más bajo y ha subido con su propio esfuerzo, alguien que tiene la ambición de llegar más allá de lo que nadie esperaba de él", señaló Carnoy en un reportaje de 2007.
El expresidente obtuvo dos masters y un doctorado de Stanford y allí conoció a la que se convertiría en su esposa, Eliane Karp, una estudiante franco-belga.
Intenté imaginar a Toledo y su esposa en ese escenario. ¿Dónde irían? ¿Dónde pasarían la mayor parte del tiempo? En la biblioteca, supongo.
Una colega periodista me contó que la amiga de una amiga suya, que estudia en la misma Escuela de Graduados de Educación, se cruzó recientemente con Toledo, pero no quiere involucrarse en el caso y no dio más detalles.
Entré en los locales en los que sí estaba autorizada y pregunté por Toledo a distintos grupos de estudiantes, pero dijeron no saber.
La mayoría de ellos ni lo conocía.
La conexión Karp
Fui a la Casa Bolívar, sede del Centro de Estudios Latinoamericanos de Stanford, en el que la esposa de Toledo es investigadora afiliada.
Actualmente Karp prepara un nuevo proyecto sobre el impacto del cambio climático en las comunidades indígenas y campesinas de los Andes.
Pregunté por ella, pero no supieron decirme dónde está.
Tampoco me confirmaron (ni desmintieron) si Karp asistió a una conferencia sobre biodiversidad en ese mismo centro el pasado 10 de febrero.
La periodista peruana Jacqueline Fowks había compartido en Twitter una fotografía de ese evento en la que se ve de espaldas a una mujer que presuntamente es la esposa de Toledo.
La imagen no la tomó Fowks y le pregunté por su procedencia.
"Sobre la foto de Karp, solo puedo decirle que la tomó una persona que pertenece a la comunidad de Stanford University y que conoce a Karp y a Toledo. Y es alguien de mi entera confianza", respondió la periodista.
BBC Mundo también he intentado hablar con Eliane Karp, hasta ahora sin resultado.
Cena (o comida) de San Valentín
Mientras tanto, han aparecido distintas informaciones sobre la situación actual de Toledo en medios peruanos y redes sociales.
Así fue como encontré una imagen de Toledo comiendo en un restaurante de Menlo Park, una pequeña comunidad cercana a Palo Alto y Stanford.
La fotografía, según la publicación de Facebook, era del 14 de febrero.
La imagen no apareció en redes hasta dos días después, también por medio de la periodista Fowks, quien la compartió en Twitter.
Durante nuestra comunicación, Fowks hizo hincapié en que ella sólo comparte información que ha podido verificar.
"En este caso, la fotografía la tomó la amiga de una amiga peruana que vive en Palo Alto y que fue quien me envió la captura de pantalla".
El restaurante en cuestión es el francés Left Bank.
La periodista peruana Karina Novoa aseguró en un reportaje especial realizado para el programa peruano Panorama que la dueña del restaurante confirmó que Toledo estuvo allí aquel día.
Sin embargo, BBC Mundo no pudo verificar esta información de forma independiente. En comunicación telefónica con el restaurante, pidieron que respetáramos su trabajo y su decisión de no hacer declaraciones.
La vía legal
BBC Mundo contactó al abogado de Toledo, Heriberto Benítez, quien dijo que por el momento está centrado en que se elimine la petición de prisión preventiva para su defendido.
Este martes presentó un recurso de queja de derecho ante la decisión del Poder Judicial de no admitir la apelación presentada por la defensa legal contra la orden de captura.
En medio de estas disquisiciones legales, el abogado no confirmó dónde está Toledo ni si podré hablar con él.
Salí de Stanford y aledaños y llegué a San Francisco, ciudad a la que Toledo también está vinculado y que está a media hora en auto de la universidad.
Cuando dejó la presidencia, Toledo regresó a esta zona, donde supo apreciar la libertad de vivir sin amenazas de muerte ni guardaespaldas: se movía con total normalidad, manejando un vehículo de segunda mano y haciendo actividades cotidianas.
"Le tratan como expresidente allá donde vaya", le decía Carnoy en 2007 al diario SF Gate. "Pero en Stanford es uno más. Es un hombre muy poco pretencioso".
En Mochica, uno de los restaurantes peruanos más conocidos de San Francisco, uno de los camareros veteranos me dijo que sí, que vio a Toledo allí, pero hace años ya.
También lo recuerda como alguien sencillo.
Él duda que esté cerca, teniendo en cuenta la cantidad de gente que le seguimos el rastro.
Quizá tenga razón, o quizá no, al fin y al cabo por el momento Estados Unidos no tiene obligación de entregarlo.
Una situación que puede cambiar tras la reunión de este viernes entre Pedro Pablo Kuczyinski y Donald Trump.
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