Puede que no sea grave, pero es sin duda molesto.
El mareo es un mal que se sufre con frecuencia al viajar, e incluye malestar, sudor frío, palidez, náuseas e incluso vómitos.
Lo puede padecer cualquiera, pero hay quienes son más susceptibles.
Y puede ocurrir en cualquier medio de transporte: aviones, barcos, autos. Pero hay uno en el que es más común.
¿Qué es lo que provoca esta molesta sensación?
Nuestro cerebro recibe información sobre el movimiento desde varios sentidos:
- La vista
- El sistema vestibular, ubicado junto al oído interno y que percibe la aceleración, y está relacionado con el equilibrio y el control espacial
- La propriocepción, el sentido que informa al organismo sobre nuestros propios movimientos
Los expertos coinciden en que el mareo que se sufre al viajar se debe a una discrepancia entre la información que llega al cerebro a través de estos sentidos.
Por ejemplo, cuando estás sentado y quieto en un vehículo en movimiento, uno de tus sentidos, el de la vista, le dice a tu cerebro que te estás desplazando.
Mientras, el sistema vestibular y la propriocepción le indican lo contrario.
El resultado es, con frecuencia, el mareo.
¿Qué se puede hacer para evitarlo?
Existen fármacos antimareo, como la escopolamina, también conocida como hioscina, y que bloque las señales procedentes del sistema vestibular.
Y después están los antihistamínicos, como la biodramina, comúnmente utilizados para tratar alergias pero que pueden ayudar a controlar la náusea y el vómito.
Hay evidencias sólidas de que ambas opciones funcionan, aunque tienen el inconveniente de los efectos secundarios, el más frecuente la somnolencia.
Entonces, ¿hay alternativas no medicinales contra el mareo?
Algunos estudios hablan de los beneficios de las pulseras de acupresión, una técnica de la medicina tradicional china que consiste en hacer presión en determinados puntos del cuerpo.
Aunque muchos expertos señalan que funcionan más como placebo y no hay evidencia científica sólida que lo respalde como un tratamiento efectivo contra el mareo por viajar.
Y el jengibre se ha usado durante más de 2.000 años para prevenir la náusea, aunque su efectividad tampoco tiene respaldo científico.
Por otra parte, hay comportamientos que pueden ayudar a prevenir el mareo del viajante:
- Mirar a un punto estable en el horizonte, para sincronizar lo que capta la vista con lo que perciben los otros sentidos
- Mover la cabeza lo menos posible
- No leer, ya que esto aumenta el conflicto entre los sentidos
- Escuchar música, porque puede servir de distracción
El experimento con la "respiración controlada"
Luego está un simple ejercicio respiratorio, cuya efectividad puso a prueba el programa Trust Me, I'm a Doctor (Confía en mí, soy médico) de la BBC.
En ello colaboró el profesor John Golding, de la Universidad de Westminster, en Reino Unido, y miembro de su equipo de investigación sobre neurociencia cognitiva.
Y la doctora Saleyha Ahsan, quien sufre mareos recurrentemente por viajar, fue la voluntaria del experimento.
Antes de comenzar, el doctor Golding le pidió a Ahsan que completara un cuestionario para determinar cuán susceptible es al mal en cuestión.
Y éste reveló que forma parte del 5% de la población que es "extremadamente susceptible" al mareo por viajar.
Después, la voluntaria se sentó en una silla giratoria especial, que oscilaba a una velocidad creciente en función de un patrón previamente establecido.
La rapidez aumentaba cada 30 segundos.
Para empeorar las condiciones, Ahsan tenía que mover su cabeza a uno de los cuatro puntos cardinales cada vez que el médico así se lo indicaba.
Éste seguía unas instrucciones pregrabadas y así, cada 30 segundos, ella completaba un conjunto de cuatro movimientos de cabeza.
También se le pidió que reportara sus síntomas con regularidad.
Y cuando Ahsan alcanzó el tercer nivel, el de la náusea leve, la silla se paró.
Niveles de mareo por viajar
- Sin problemas
- Síntomas iniciales, pero no náusea
- Náusea leve
- Náusea moderada
- Náusea severa y arcada
- Vómito
Tras tres horas de recuperación, el doctor Golding le enseñó a la voluntaria una técnica de respiración controlada, y la volvió a someter a la rutina en el asiento giratorio.
El resultado
Durante la primera sesión, Ahsan resistió seis minutos antes de reportar la náusea leve, lo que incluyó 12 secuencias y cuatro movimientos de cabeza.
Y en términos de velocidad, alcanzó a girar hasta 36 grados por segundo.
Pero en la segunda sesión, una vez aprendida la rutina de respiración, aguantó hasta 15 secuencias, un total de 7,5 segundos, y llegó a girar hasta 45 grados por segundo.
Mejoró así un 25%.
Y por tanto, hay evidencias de que la llamada respiración controlada ayuda a prevenir el mareo por viajar.
No es un arma mágica, pero los estudios de laboratorio indican que esta técnica tiene una efectividad del 50% comparada con los medicamentos antimareo.
Y lo bueno es que está libre de efectos secundarios.
¿Pero cómo funciona?
La base es un acto reflejo que al vomitar te impide respirar, pero que también funciona a la inversa.
Así que, si puedes controlar la respiración, podrás evitar vomitar, incluso la náusea.
Prueba el ejercicio tú mismo:
La idea es concentrarte y controlar la respiración, para poder mantener un ritmo calmado, natural.
No consiste en hiperventilar, ni en respirar más hondo de lo normal.
La mejor manera para entrenarte en ello es que busques una habitación vacía, te sientes en ella y que hagas series de entre 10 y 15 minutos.
Durante los cinco primeros minutos simplemente permanece sentado y vuélvete consciente de tu propia respiración.
Trata de identificar el ritmo más cómodo para respirar, ya que todo el mundo es diferente.
Después, durante cinco o 10 minutos, céntrate en respirar con ese compás.
Si aplicas esto a una situación en la que crees que te podrías marear, debería funcionar como preventivo.
Además siempre podrás combinar esto con otros remedios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario