Por redaccion
Al mediodía del viernes 20 de enero, Barack Obama, de 55 años, se volvió un jubilado federal.
Al mediodía del viernes 20 de enero, Barack Obama, de 55 años, se volvió un jubilado federal.
Su pensión como expresidente será de 207.800 dólares para el próximo año, aproximadamente la mitad de su salario presidencial.
Obama y todos los demás expresidentes también reciben siete meses de salario por sus servicios durante su "transición" para ayudarlos a adaptarse a la vida después de su periodo presidencial. El exmandatario también obtendrá la protección del servicio secreto toda su vida, así como una partida para cosas tales como viajes, gastos de oficina, comunicaciones y cobertura de salud.
Todos esos gastos adicionales se pueden sumar. En 2015 se otorgaron poco más de 200.000 dólares para Jimmy Carter y 800.000 dólares para George W. Bush, según un informe del gobierno. Carter no tiene seguro de salud, ya que tiene que trabajar para el gobierno federal durante cinco años para calificar.
Las pensiones y otros beneficios se crearon por primera vez en 1958, cuando el expresidente Harry Truman estaba experimentando problemas financieros. Los pagos anuales son iguales a lo que los secretarios del gabinete ganan en un año. Dichos salarios son fijados por el Congreso.
Pero los días de este apoyo para los expresidentes, pagado por los contribuyentes, pueden estar contados.
El año pasado, el Congreso aprobó una ley que habría establecido un piso de 200.000 dólares al año en pagos de pensiones y otros 200.000 para otros gastos, por presidente. El aumento de la pensión estaría ligado a la misma fórmula utilizada para aumentar los beneficios de la seguridad social.
Pero esos 400.000 dólares podrían desaparecer rápidamente bajo la ley propuesta, que recortan los pagos de pensiones y gastos cuando un expresidente gana más de 400.000 dólares. Así que los contribuyentes se ven beneficiados cuando un presidente gana 800.000 dólares al año.
Teniendo en cuenta que la mayoría de los expresidentes pueden obtener ingresos significativos de sus discursos y libros publicados, es muy posible que el apoyo de los contribuyentes a los exejecutivos pueda convertirse en cosa del pasado.
Sin embargo, Obama vetó la legislación, diciendo al Congreso que lo hizo porque el proyecto de ley también habría terminado con los salarios y prestaciones del personal de los expresidentes, lo que hace que sea más difícil para el servicio secreto proteger a los exmandatarios.
"Si el Congreso regresa un proyecto de ley que aborde estas preocupaciones, lo firmaré", dijo. Pero el Legislativo nunca lo hizo.
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