El efecto dominó parece que se convirtió en efecto boomerang contra el populismo.
Las elecciones parlamentarias celebradas este miércoles en Holanda despertaron gran interés porque se plantearon como una batalla más entre la política tradicional y el voto antisistema.
Sin embargo, la victoria del actual primer ministro Mark Rutte, del partido liberal de derecha VVD, con 33 escaños de un total de 150, le puso freno a una tendencia que se abrió con el voto a favor de la salida de Reino Unido de la Unión Europea (el llamado Brexit) seguido de la victoria presidencial de Donald Trump en Estados Unidos.
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Si bien el Partido para la Libertad (PVV, por sus siglas en neerlandés) del populista y crítico del islam Geert Wilders ha logrado cinco escaños más de los que tenía, hasta situarse en los 20 como segunda fuerza del país, la apuesta del controvertido político por seguir la estela del Brexit y Trump no cuajó.
Es más, ¿podemos decir que jugó en su contra?
Adiós al fantasma de la derrota o el empate
Un exultante Mark Rutte calificó lo sucedido este miércoles en Holanda como una "victoria de la democracia".
El partido de Rutte ha perdido alrededor de 10 escaños en comparación con las elecciones de 2012 pero aun así el primer ministro estaba pletórico.
Más que con su resultado, la evidente alegría del político de La Haya, generalmente parco en la expresión de sus emociones, está relacionada con la satisfacción de haber dejado atrás el fantasma de un empate con Wilders.
Wilders, el responsable
Rutte fue uno de los muchos que comparó una potencial victoria de Wilders con el Brexit y la presidencia de Trump.
Sin embargo, hay quienes consideran que más que virtud de Rutte, el responsable de lo sucedido con el PVV es el propio Wilders.
"Hace unas semanas ya estaba bastante claro que el PVV no iba a tener tan buen resultado como esperaba", le dice a BBC Mundo el periodista y analista internacional Robert Chesal desde Holanda.
"Esto tiene mucho que ver con el hecho de que Wilders canceló su participación en varios debates y se negó a hablar con la prensa.
"Creo que calculó muy mal al pensar que podía adoptar el modelo de Donald Trump de cerrarse ante la prensa. Empezó a llamar mentirosos a los periodistas, se negó a conceder entrevistas excepto a un selecto grupo", añade Chesal.
"Además, tras un veredicto judicial en su contra, empezó a descalificar a los jueces.
"Siguió el manual Trump y esto se volvió en su contra", opina el periodista.
Donald Trump, ¿peligroso amuleto?
No es el único que tiene esta opinión.
Los analistas y expertos que intentan comprender por qué el PVV se ha quedado corto en sus expectativas electorales apuntan hacia Donald Trump como uno de las principales lastres.
Wilders insistió en las últimas semanas en que él no es Donald Trump e intentó tomar distancia del presidente estadounidense.
Pero el líder del PVV participó en la convención del Partido Republicano de EE.UU. el pasado mes de julio, y en su video de campaña aparecen el Brexit y Trump como ejemplos a seguir.
Kathleen Ferrier, exparlamentaria holandesa por el partido demócrata cristiano CDA, le dijo recientemente a BBC Mundo: "El hecho de que todos crean que hay un caos en EE.UU. hace que la gente que está a favor de algo nuevo en la política vea que el cambio tiene sus lados muy negativos".
El periodista Chesal coincide totalmente con la expolítica holandesa.
"La gente tuvo miedo al ver el caos y la inestabilidad que hay en Washington y no quiere eso para Holanda", sostiene.
Europa respira aliviada
"Los holandeses todavía queremos construir puentes en lugar de muros", escribe una joven holandesa en Facebook.
Muchos otros usuarios anónimos de las redes expresaron su alivio ante la clara victoria del partido gobernante.
Hay que insistir en que la noche no ha sido desastrosa para el PVV, que aumenta su representación parlamentaria, pero su subida queda difuminada por el ascenso de otros partidos, que son candidatos a formar un gobierno de coalición.
Wilders no será un interlocutor imprescindible y el gobierno alemán no tardó en expresar su satisfacción a través de la cuenta de Twitter del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde se lee:
"Una gran mayoría de votantes holandeses han rechazado a los populistas antieuropeos. Eso es una buena noticia. ¡Los necesitamos para una #Europa fuerte! #tk2017 @MinBZ".
Es prematuro aventurar si los holandeses han querido dar un explícito voto de apoyo a Europa con este resultado electoral.
Lo que sí parece claro es que el ejemplo del Brexit y la anticipación de un posible Nexit -como se bautizó la posible salida de Holanda de la UE- hizo reflexionar a los indecisos.
"El Brexit cae en el mismo patrón que el ejemplo de Trump", señala Robert Chesal.
"Los holandeses ven inestabilidad y caos en cómo se están haciendo las cosas. Incluso a los votantes tradicionales del PVV no les gusta esta idea.
"Creo que muchos partidarios de Wilders y de su mensaje no se han decidido a votar esta vez porque les da más miedo el caos y la inestabilidad que la supuesta amenaza del islam.
"Después de todo, la inestabilidad es una amenaza mucho más seria y realista", concluye.
Finalmente se puede decir que se impuso el pragmatismo.
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