La vida de Dandara dos Santos terminó a tiros en un callejón de Fortaleza, Brasil.
Su asesinato llegó después de recibir una brutal golpiza sin que la policía de esa ciudad del estado de Ceará respondiera a las llamadas de auxilio.
Mientras estaba en el suelo ensangrentada y recibiendo patadas y golpes con palos de parte de al menos cuatro hombres, alguien grabó un video que se hizo viral en internet.
El terrible asesinato causó conmoción en Brasil y desató una condena internacional.
Dandara era travesti y el crimen, ocurrido el 15 de febrero, ha puesto de manifiesto, una vez más, la vulnerabilidad de los travestis y transexuales en un país donde los registros oficiales no contabilizan los asesinatos por homofobia o transfobia.
En 2016, 144 travestis y transexuales fueron asesinados en el país, de acuerdo con el Grupo Gay de Bahía. Este año, que apenas está en su tercer mes, ya son 23 los casos.
Para el Grupo de Resistencia Ala Blanca (Grab), con sede en Fortaleza, la falta de estadísticas oficiales es una prueba de la ausencia del gobierno en la lucha contra los crímenes contra la comunidad LGBT.
"Si no hay datos, es porque no existimos para ellos, somos ignorados. Sin embargo, hay una serie de asesinatos, ataques colectivos contra travestis, transexuales, homosexuales y lesbianas, que culminan en crueles crímenes. En su mayoría tienen características que demuestran un recorrido por la tortura y la ejecución ", dijo Darío Bezerra, representante del grupo.
"Lo mataron por el prejuicio"
De acuerdo con los vecinos y las personas que la conocían, Dandara, quien tenía 42 años cuando murió, siempre estaba sonriente.
Se ganaba la vida vendiendo ropa usada, además de ayudar a su madre en las labores del hogar.
"Mi hijo era amado dondequiera que iba. Aquí todo el mundo en la calle jugaba con él, los barredores de calles, las chicas de la panadería, todo el mundo", dice la madre, Francisca Ferreira de Vasconcelos.
Aunque la Policía Militar de Ceará ya ha detenido a siete implicados en el crimen, su actuación fue criticada por el retraso en la adopción de medidas.
Las detenciones se realizaron dos días después de la publicación del video y 18 días desde la muerte de Dandara.
La familia está de luto no sólo por la pérdida de un ser querido, sino también porque Dandara ha sido víctima de la intolerancia.
"Mi hijo no tenía enemigos, lo mataron por el prejuicio. Al ser un travesti, él vivía humillado. Ahora pregunto, ¿cuál es el problema de ser así?", cuestiona la madre.
Para las ONG que trabajan con la población LGBT, muchos casos de travestis o transexuales asesinados por motivados por el odio y prejuicios permanecen en la impunidad.
Según el Grupo Gay de Bahía, son el segundo grupo más afectado entre las víctimas fatales de los ataques homófobos en 2016.
De los 343 homicidios de personas LGBT, 173 eran homosexuales (50%), 144 trans (travestis y transexuales) (42%), 10 lesbianas (3%) y 4 bisexuales (1%).
También 12 heterosexuales estaban entre los crímenes de homofobia, pues eran amantes de transexuales, llamados "T-lovers".
Faltan de información
Es imposible saber cuántos transexuales y travestis fueron asesinados en el país si se consideran los datos de las secretarías de seguridad pública.
Los informes de la policía no generan indicadores basados en la identidad de género y orientación sexual.
El nombre de Dandara, por ejemplo, aparece en los informes de Crímenes Violentos Letales Intencionales (CVLI) de la Secretaría de Seguridad Pública y Defensa Social de Ceará (PDSS) como Cleilson Antonio Ferreira Vasconcelos, como dice su nombre del certificado de nacimiento.
En el espacio para el tipo de arma utilizada en el crimen se escribe "otros".
Para el profesor e investigador del Centro de Política de Género y Sexualidad, Carlos Eduardo Bezerra, la ausencia de discusión sobre género y derechos humanos contribuye a este tipo de violencia.
"Nada justifica estos crímenes. Pero la ausencia de políticas públicas eficaces (educación, salud, empleo, ocio) destinadas a garantizar la dignidad y la protección de las personas LGBT, en especial los más vulnerables; la ausencia de debate sobre los derechos humanos, el género y la identidad género en las escuelas y espacios de formación; el avance del discurso fundamentalista; todo contribuye a este tipo de delitos", dice el investigador.
Omisión
El hermano de la Dandara, Ricardo Vasconcelos, de 39 años, no solo señala los prejuicios y la intolerancia como la causa de muerte de Dandara, sino la lentitud de la policía para intervenir.
Dijo que se hicieron las llamadas al número de emergencia 190 durante la paliza a su hermana, pero la policía llegó al lugar después de la muerte.
"Vamos a presentar una demanda contra el Estado, cuya omisión mató a mi hermano. Tenemos pruebas. El personal de la zona donde murió dijo que llamó al 190 y la policía llegó a tiempo para aislar el cuerpo, y yo creo que es porque me dijeron que iban a quemarlo si no hubieran venido", dice Ricardo.
El Secretario de Seguridad Pública de Ceará, André Costa, dijo que el coche que estaba más cerca del sitio no fue enviado porque estaba en otro evento. Pero después de una segunda llamada, otra patrulla fue enviada al lugar.
"En realidad, lo que tenemos es que la demanda es grande para los vehículos que se encuentran en las calles. Pero estamos trabajando para poner más en las calles", dijo Costa.
Cuestionado sobre una posible negligencia de la policía, la Defensoría Pública General del Estado a través del Centro para los Derechos Humanos informó que, hasta la fecha, no ha recibido ninguna queja.
Solo si se produce, será investigado el caso.
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