Es llamado por historiadores el primer genocidio del siglo XX.
Pero muy pocos han oído hablar del brutal asesinato de decenas de miles de personas a manos de tropas alemanas en lo que es actualmente Namibia.
Fue entre 1904 y 1908, cuando el territorio llamado África del Suroeste era colonia de Alemania, que militares de este país realizaron una implacable campaña de exterminación de dos etnias locales, los Herero, también conocidos como Ovaherero, y los Nama.
De un total de cerca de 100.000 integrantes de ambos grupos, se estima que al menos 80.000 hombres, mujeres y niños fallecieron por las balas y los cañones, el hambre o la sed. La violación de mujeres fue sistemática.
Cientos de cráneos de víctimas fueron enviados a Alemania para estudios sobre diferencias raciales que buscaban probar la superioridad de los blancos. 20 de esos cráneos fueron devueltos por un hospital en Berlín a Namibia en 2011.
Más de un siglo después y luego de una larga campaña por parte de representantes Herero y Nama, delegados de los gobiernos de Alemania y Namibia negocian una posible declaración conjunta. Se espera, según medios de prensa, que Alemania reconozca en los próximos meses por primera vez que fue responsable de un genocidio en el suroeste de África.
Los grupos étnicos, por su parte, presentaron este mes en Nueva York una demanda ante un tribunal federal, en el que exigen indemnización a Alemania por excluirlos de las negociaciones "en violación de la Declaración de la ONU sobre derechos de grupos indígenas".
El principal negociador de Alemania, Ruprecht Polenz, afirmó según el diario The Guardian que lo ocurrido en Namibia "no es comparable al Holocausto", cuyas víctimas fueron indemnizadas de forma individual por el gobierno alemán.
Pero tanto académicos como activistas señalan que las acciones contra los Herero y los Nama fueron igualmente brutales.
Y algunos académicos y escritores aseguran que los crímenes perpetrados en el oeste africano influyeron en las atrocidades que Alemania cometería años después en el Holocausto.
¿Qué se sabe sobre los crímenes cometidos por tropas alemanas en Namibia?
Violaciones y asesinatos
Las potencias europeas sellaron el reparto de África en la conferencia de Berlín en 1884. Alemania, que tuvo colonias en el territorio de los actuales Camerún, Togo y Tanzania, se anexó también la costa suroeste del continente africano, actualmente Namibia.
Allí Alemania expulsó a comunidades de sus tierras, que fueron entregadas a colonos alemanes. La población nativa fue sometida a todo tipo de abusos, incluyendo violaciones y asesinatos.
En 1903 los guerreros Herero y Nama se rebelaron lanzando ataques en los que murieron decenas de colonos.
Alemania respondió de forma despiadada. En 1904 el emperador alemán, Kaiser Wilhelm II, despachó unos 14.000 soldados a Namibia bajo el comando del notorio Lothar von Trotha, el general que había reprimido brutalmente rebeliones nativas en China y el este de África.
Quienes sobrevivieron batallas como la de Waterberg fueron asesinados, o forzados hacia el ardiente desierto de Kalahari, donde soldados alemanes habían envenenado los pozos de agua.
"Genocidio"
El mensaje de Von Trotha a los Herero no deja lugar a dudas:
"Yo, general de los soldados alemanes, envío esta carta a los Herero. La nación Herero debe abandonar el país... Si se niegan, los forzaré a cañonazos...Cualquier Herero, con o sin armas, será ejecutado".
"Von Trotha dijo a sus soldados que no perdieran su honor disparando contra mujeres y niños, que dispararan para asustarles y las forzaran a huir al desierto, donde enfrentaron una muerte segura por sed y hambre", señaló a BBC Mundo Reinhart Koessler, profesor en el departamento de ciencia política de la Universidad de Freiburg y académico especializado en memoria política, que ha estudiado durante dos décadas el pasado colonial de Alemania en el oeste de África..
Para Koessler, las palabras de Von Trotha "fueron una intención clara de exterminación, y eso es lo que constituye genocidio, la voluntad de eliminar un grupo étnico".
La violación de mujeres Herero y Nama fue tan generalizada que muchos descendientes tienen actualmente algún ancestro alemán.
"Yo soy un descendiente directo de los Ovaherero. Tanto mis abuelos paternos como maternos tenían sangre alemana en sus venas por el abuso sexual que los soldados alemanes cometieron contra mi pueblo", señaló a BBC Mundo Ngondi Kamatuka, presidente interino de la Asociación Ovaherero contra el Genocidio en Estados Unidos.
"Disculpa"
Las negociaciones entre Alemania y Namibia son resultado de un largo proceso iniciado luego de que la nación africana se independizó de Sudáfrica en 1990.
"Lo que los pueblos Herero y Nama exigen es una disculpa oficial del pueblo alemán emitida por su representante, el Bundestag o parlamento federal. El parlamento debe pedir perdón en forma inequívoca por los crímenes cometidos en nombre del emperador contra nuestro pueblo", afirma Ngondi Kamatuka.
Uno de los temas más espinosos es el de una posible compensación.
Alemania no acepta hablar de "reparaciones" o "wiedergutmachung" y propone en cambio ofrecer compensación a través de proyectos de infraestructura o ayuda para Namibia.
Para Kamatuke, "debe haber indemnización". "Cuando un criminal comete un crimen no tiene el derecho de elegir las consecuencias", aseguró a BBC Mundo.
Las comunidades piden también participar directamente en las negociaciones y afirman no confiar en lo que hará con eventuales fondos el gobierno de Namibia, dominado por otro grupo étnico, los Ovambo.
Algunos observadores señalan que negociar directamente con los grupos étnicos y hablar de reparaciones implicaría para Alemania reconocer su culpa bajo la convención de la ONU contra el genocidio.
Polémica por indemnización
Pero Alemania sí pagó individualmente a víctimas del Holocausto y Kamatuka asegura que lo mismo debe suceder en el caso de Namibia.
"Las cifras de muertos en el Holocausto y en Namibia no son comparables, pero lo que hicieron contra nuestro pueblo fue igualmente brutal", señaló a BBC Mundo.
Ruprecht Polenz aseguró que su país usará el término "genocidio", según el New York Times.
Sin embargo, Polenz dijo a una radio alemana que "de acuerdo a la visión del gobierno federal, el uso del término genocidio no implica otra obligación legal, sino obligaciones políticas y morales de sanar las heridas".
El representante oficial alemán señaló al diario británico The Guardian que la indemnización a familiares de víctimas Herero y Nama "no será discutida".
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán afirmó a BBC Mundo que "Alemania ha estado en conversaciones con Namibia desde 2014 para hallar un enfoque común sobre estos dolorosos eventos."
"Se espera que uno de los resultados de ese diálogo sea un lenguaje común en relación a estos eventos históricos, así como una disculpa de Alemania y la aceptación de esa disculpa por Namibia".
Ngondi Kamatuka afirma que "si Alemania toma la posición de no indemnizar, entonces pensaremos que no quiere hacerlo porque a diferencia de las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, nosotros tenemos la piel negra".
"Pobreza espantosa"
El representante Herero en Estados Unidos asegura que los fondos que pague Alemania podrían usarse para comprar tierras "robadas a los Herero y Nama, que hoy en día viven en la pobreza más espantosa".
Esos grupos étnicos "ocupaban cerca del 70% de la tierra antes de que llegaran los alemanes."
"Aún hoy hay muchos propietarios alemanes de fincas que sólo van a Namibia a cazar animales. Hemos sido pacientes y jamás hemos invadido esas fincas, pero los fondos de indemnización permitirían comprar algunas de esas tierras para combatir la miseria de nuestro pueblo".
"Genocidio público"
Para Koessler, hay una "amnesia colonial" en Alemania que se debe combatir.
Es importante que los alemanes entiendan además, asegura, que este pasado colonial está relacionado con otros eventos trágicos y mucho más conocidos de la historia alemana.
"Los perpetradores de muchos genocidios en el siglo XX buscaron ocultarlos, pero en el caso de Namibia fue algo muy público", afirmó Koessler a BBC Mundo.
"La proclamación del general Von Trotha fue debatida en público y circulaban postales con ilustraciones de atrocidades, como las que mostraban cráneos siendo empacados con el comentario de que mujeres Herero habían sido obligadas a limpiarlos con trozos de vidrio".
"Incluso, un autor de la época, Gustav Frenssen, describía los testimonios de soldados que participaron en la guerra, afirmando que lo que ocurría con la población negra estaba justificado por una ley divina".
El libro de Frenssen, "El viaje de Peter Moors a África del Suroeste", legitimizando el genocidio, fue usado en colegios y se dieron copias a los soldados que iban al frente, agregó Koessler.
¿Relación con el Holocausto?
"Claro que no puede hablarse de una línea causal con el Holocausto, pero en mi opinión, creo que esa movilización del nacionalismo y esa exposición pública a atrocidades reales coadyuvaron para bajar el nivel de lo aceptable en términos de qué pueden hacer unos seres humanos a otros seres humanos, y contribuyeron en cierta forma hacia lo que ocurrió en las décadas siguientes que llevaron al Holocausto", concluye Koessler.
Por su parte, el escritor y periodista de investigación estadounidense Edwin Black apuntó en un artículo reciente que lo que sucedió en Namibia "sentó un patrón" para lo que ocurriría en el Holocausto.
Black cita varios ejemplos. Eugen Fischer, el doctor Nazi reponsable de experimentos médicos criminales, había iniciado sus investigaciones sobre diferencias raciales en Namibia.
Por otra parte, "no fue sino a partir de los campamentos para Hereros que el término 'Konzentrationslager' o campo de concentración entró al idioma alemán", agrega Black.
Y una de las mayores influencias de Hermann Goering, segundo en la jerarquía nazi después de Hitler, fue su padre Heinrich, primer gobernador alemán en Namibia.
"El genocidio está en mis fibras"
Para Reinhart Koessler, es importante que los jóvenes sepan lo que ocurrió, ya que en Alemania "la enseñanza de la historia es muy, muy eurocéntrica".
"Mi opinión es que el Parlamento federal debe ofrecer disculpas por el genocidio y que debe haber consecuencias materiales", señaló Koessler.
Kamatuke, por su parte, afirma que "es increíble que en una nación negra independiente como Namibia, no haya un monumento o estatua dedicada al genocidio".
"Cuando yo era un niño mis abuelos me contaron lo que sucedió con sus padres. El genocidio está en mis fibras. Lo respiro y lo pienso", afirmó a BBC Mundo.
"Pero no se habla del genocidio en los textos escolares ni en Alemania ni en Namibia".
Para el representante Herero en EE.UU., "es doloroso ver a un pueblo que fue orgulloso reducido hoy en día a nada".
"Los jóvenes Herero y Nama deben saber del genocidio contra su pueblo. Para que sepan quienes son, de donde vienen y cómo navegar su futuro".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario