Haneed Khalid Darweesh trabajó como intérprete para el Ejército de Estados Unidos. Un puesto en el que se ganan enemistades mortales en su Irak natal, pero eso parece haberle servido de poco.
Darweesh estuvo detenido desde el viernes hasta la tarde de este sábado en el aeropuerto internacional de Nueva York John F. Kennedy, donde se encontraba en tránsito cuando el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva para suspender la entrada a Estados Unidos de ciudadanos procedentes de Irak, Siria, Iran, Libia, Somalia, Sudan y Yemen.
La decisión también implicaba la suspensión del Programa de Admisión de Refugiados durante 120 días y, en el caso de los sirios, una prohibición indefinida de ingreso en el país hasta nuevo aviso.
"Es una total desgracia que le demos la espalda y detengamos a las personas más vulnerables del mundo. Individuos que sirvieron a nuestro país, que están huyendo de la persecución y que tienen un estatus legal válido y que ahora son detenidos sin un abogado al intentar entrar a Estados Unidos", dijo este sábado a la BBC el abogado de Darweesh, Mark Doss.
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El abogado aseguró que desde el viernes pasó horas intentando infructuosamente ver a su cliente en la Terminal 4 del aeropuerto.
Doss es también abogado de Haider Sameer Alshawi, otro iraquí detenido en el mismo aeropuerto, quien también habría escapado de su país por el peligro que corría debido a su colaboración con las fuerzas militares estadounidenses en ese país.
De acuerdo con Jerry Nadler y Nydia Velázquez, miembros de la Cámara de Representantes electos por el Partido Demócrata en Nueva York, hay otros 11 refugiados en esa situación en el aeropuerto JFK.
Alcance desconocido
Aunque aún se desconocen todas las implicaciones de la orden ejecutiva, esta dejó en un limbo jurídico a un grupo diverso de personas.
En Egipto, por ejemplo, varios pasajeros iraquíes y uno yemení fueron impedidos de abordar un avión en El Cairo con destino a Nueva York, pese a tener visas válidas para viajar a Estados Unidos.
Existen dudas acerca de la situación de los ciudadanos de los 7 países afectados que sean residentes permanentes de Estados Unidos y posean la llamada Green Card.
Según dijo un funcionario estadounidense a la agencia AP, la prohibición de ingreso por 90 días afecta también a los poseedores de Green Card que se encuentren en estos momentos fuera de Estados Unidos, aunque no hay problemas con los que ya se encuentran en el país.
El funcionario dijo que se haría una excepción con aquellos inmigrantes y residentes permanentes cuya entrada se considerada importante para el interés nacional de ese país. Sin embargo, no está claro cómo se aplicará esa excepción.
De acuerdo con The New York Times, todas las oficinas diplomáticas de Estados Unidos recibieron una notificación oficial que les ordenaba detener el proceso de entrevistas, así como la emisión e impresión de visas de forma inmediata para los ciudadanos de los países afectados por la orden.
Pese a que no está claro lo que debe ocurrir con quienes ya tienen las visas aprobadas e impresas, reportes de diferentes aeropuertos alrededor del mundo, indican que las autoridades están impidiendo a estas personas abordar vuelos con destino a Estados Unidos.
En todo caso, el Departamento de Estado le indicó a la BBC que se trabaja con miras a la inmediata aplicación de la prohibición.
Demanda judicial
Varias organizaciones de derechos humanos han anunciado que interpondrán acciones judiciales en contra de la orden ejecutiva firmada por Trump este viernes.
La ONG Centro Nacional de Derecho Inmigratorio (NILC, por sus siglas en inglés) le dijo a la BBC que está introduciendo una demanda en contra del presidente Trump y en contra del secretario de Seguridad Interior.
El Consejo sobre Relaciones Islamoestadounidenses (CAIR, por sus siglas en inglés) también anunció que iniciará una acción judicial.
El CAIR recomendó a los ciudadanos de los siete países afectados, incluidos los que tienen permiso de residencia permanente en Estados Unidos, que se preparen para postergar sus viajes internacionales por, al menos, 90 días.
Consecuencias inesperadas
La prohibición de viajar a Estados Unidos podría tener consecuencias inesperadas para el sector tecnológico en Estados Unidos.
Google ha solicitado que aquellos miembros de su equipo originarios de los países afectados por la prohibición que se encuentren de viaje que regresen a Estados Unidos de inmediato.
Se estima que hay unos 100 empleados del gigante tecnológico que se encuentran en esa situación en este momento.
Por su parte, Microsoft advirtió a sus accionistas que los intentos del gobierno de frenar la inmigración podrían tener un impacto material en su negocio.
El sector tecnológico en Estados Unidos depende en gran medida de trabajadores extranjeros altamente capacitados y muy bien pagados que suelen disponer de visas H1-B.
En caso de que haya un riesgo, aunque sea pequeño, de que se establezcan restricciones a la contratación de estos trabajadores, podría forzar a las grandes empresas tecnológicas a repensar dónde quieren ubicar a su personal clave en el futuro.
Reacción internacional
El ministerio de Relaciones Exteriores de Irán indicó la posibilidad de limitar la emisión de visas para turistas estadounidenses en retaliación por la suspensión de visas para ciudadanos iraníes y de otros seis países con mayoría de musulmanes.
La agencia de noticias oficial IRNA publicó una declaración de la cancillería iraní en la que se anunciaba una respuesta a Estados Unidos.
"Irán, para defender la dignidad de la gran nación iraní, aplicará el principio de reciprocidad hasta la remoción de la insultante restricción en contra de ciudadanos iraníes", dice la declaración.
"Se aplicarán las correspondientes acciones legales, consulares y políticas", concluye.
Por su parte, la ONU hizo un llamado a Trump para que Estados Unidos siga protegiendo a los refugiados independientemente de su raza, nacionalidad o religión.
En Europa, el ministro de Exteriores de Francia, Jean-Marc Ayrault calificó la medida del nuevo mandatario como preocupante. "Recibir a los refugiados que huyen de la guerra y de la opresión es parte de nuestros deberes", dijo.
Su homólogo alemán, Sigmar Gabriel, apuntó que Estados Unidos y Europa comparten las ideas occidentales de libertad y democracia, que incluyen la protección de quienes huyen de la persecución y de la violencia.
La controvertida orden ejecutiva de Trump, sin embargo, fue alabada por el presidente de la República Checa, Milos Zeman, cuyo portavoz dijo en Twitter: "El presidente Trump de Estados Unidos protege su país. Él está preocupado por la seguridad de sus ciudadanos. Justo lo que las élites de la Unión Europea no hacen".
De igual modo, el líder de la extrema derecha holandés, Geert Wilders, felicitó a través de Twitter a Trump. "Bien hecho (...) esa es la única manera de permanecer seguros y libres. Espero que pronto añadas más países islámicos como Arabia Saudita", apuntó.
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