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viernes, 15 de julio de 2016

Cultura medieval en pleno siglo 21 le cortan el clítoris a las bebe al nacer ; clic es aberrante

Colombia .-La historia comienza al nacer una niña, el octavo bebé de una madre del mismo resguardo que Laura, una indígena Embera de Colombia.
"Ella vio lo que hacían las parteras", explica, "no quiso estar jodiendo a las parteras y solita lo hizo. Cortó con una tijerita el clítoris de la bebé y como que se le traspasó y le empezó a salir un chorro de sangre".
En su desesperación -recuerda Laura- la mujer no le contó a su esposo lo que había hecho, le dijo que la pequeña había nacido enferma. Cosa de espíritus.
La llevaron a dos días de camino para que la curaran -el Cañón de Garrapatas, en el límite entre los departamentos de Valle del Cauca y Chocó, en el occidente colombiano, es una zona remota y de difícil acceso-, pero no hubo forma.
"La niñita se murió así, vaciándole sangre, con hemorragia y ella quedó como la mamá que mató".

Curación, mutilación

La mujer no pensaba en hacer un daño, con base en sus creencias asumía que le estaba haciendo un bien a la bebé una "curación" -como se conoce entre las indígenas, los hombres no participan del proceso- o "corte del callo".
En la cultura occidental se conoce como ablación o mutilación genital femenina (MGF) y está severamente cuestionada.
Niña EmberaImage copyrightNATALIO COSOY/ BBC MUNDO
Image captionEn ciertas comunidades Embera ya no se practica la ablación a las niñas.
En palabras del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), que trabaja a nivel global para intentar erradicarla: "Es una práctica que implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos y que internacionalmente es reconocida como una violación de los derechos humanos".

Tipos de mutilación genital femenina en el mundo

  • Clitoridectomía Corte parcial o total del clítoris y, en casos muy infrecuentes, solo del prepucio del clítoris. (Es el tipo que se practica en Colombia.)
  • Excisión Corte parcial o total del clítoris y los labios menores, con o sin corte de los labios mayores.
  • Infibulación Estrechamiento de la abertura vaginal para crear un sello mediante el corte y la recolocación de los labios menores o mayores, con o sin corte del clítoris.
  • Otros Todos los demás procedimientos lesivos de los genitales externos con fines no médicos, tales como la perforación, incisión, raspado o cauterización de la zona genital.
AFP
En la legislación colombiana la muerte consecuencia de una ablación genital está contemplada dentro de ley de feminicidio de 2015.

"Dolor"

"Anteriormente, cuando nacían, se amarraban las piernitas, compraban una cuchillita… Las niñas nacen con una cosita así, vea (con la mano representa la vulva y con un dedo el clítoris), entonces eso le cortaban. Uno hoy en día no puede hacer eso porque lo llevan a la cárcel".
Así habla, sin ocultar su temor, Irene Guasiruma, una mayora (anciana) del resguardo Wasiruma, en Valle del Cauca.
Irene GuasirumaImage copyrightNATALIO COSOY/ BBC MUNDO
Image captionDe bebé a Irene Guasiruma le practicaron la MGF, pero ella dice que no lo hace.
Está sentada frente a la puerta de una de las casas del resguardo, en el que viven cerca de 40 familias, en su mayoría niños que no dejan de preguntar, curiosear y bromear, rodeados de pequeños montes ondulados donde cultivan café y aguacate. Esa mañana Irene Guasiruma había ido a recoger granos de su pequeño cafetal. Y ahora habla en tono reflexivo.
"Yo no tengo esa cosa, no tengo nada, tengo limpio. ¿Cómo se llama eso? (no le sale la palabra clítoris y se ríe con pudor al escucharla). Eso, eso no tengo".
El problema del lenguaje no es menor a la hora de hablar de este asunto.
Niños Embera y, al fondo, IreneImage copyrightNATALIO COSOY/ BBC MUNDO
Image captionCon un grupo de niños a la cabeza, la mayora Irene va a su cafetal.
Irene Guasiruma recoge caféImage copyrightNATALIO COSOY/ BBC MUNDO
Image captionEl café es para Irene Guasiruma y sus vecinos uno de los cultivos que les da sustento.
La muertes de dos niñas en 2007 en el departamento de Risaralda (en el centro del país), hizo pública la práctica de la mutilación genital femenina entre los Embera. Desde entonces las autoridades y organismos internacionales intentan concientizar a las indígenas de la zona.
Visitaron un resguardo en el que las mujeres no tenían palabra para denominar el clítoris.
Cuando se lo señalaron en un dibujo del cuerpo femenino dijeron "dolor".
Le pregunto a la mayora Irene si ella la ha practicado.
"No, yo nunca asesiné niñas. Pobrecitas, cómo va uno a cortar eso, ¿no? A mi madre le gustaba cortar a las niñas, pero mi mamá nunca mató a nadie, cortaba bien perfecto".

Algo peculiar

Un rato antes de esta conversación la mujer tenía sentados alrededor suyo a algo más de una decena de niños que la escuchaban contar historias tradicionales, como la de la muchacha que se convirtió en sirena.
Los mayores y las mayoras cumplen un rol esencial en la comunidad Embera, son su memoria viviente, el referente al que acuden los más jóvenes, incluidos líderes, consejeros y gobernadores, para pedir consejo y tomar decisiones de acuerdo a lo que dicta el conocimiento tradicional.
En general, los mayores son médicos tradicionales y las mayoras son botánicas como Irene.
En esos mismos días, un médico tradicional del mismo resguardo se encargaba junto a un compañero de arrojar agua mezclada con diferentes plantas sobre los que entraban a un recinto para asegurarse de limpiar a todos los presentes de espíritus negativos.
Irene Guasiruma le cuenta una historia a los niñosImage copyrightNATALIO COSOY/ BBC MUNDO
Image captionLa mayora Irene es responsable, como todos los mayores, de hacer perdurar las costumbres; aquí, contando una historia tradicional.
Ritual de limpiezaImage copyrightNATALIO COSOY/ BBC MUNDO
Image captionAntes de entrar al recinto del evento todos debían pasar frente al médico tradicional, que realizaba un ritual de limpieza.
Se trataba de encuentro para hablar acerca de la ablación entre los Embera, al que concurrieron hombres y mujeres de ese pueblo, de otros grupos indígenas, así como representantes del Estado y de UNFPA.
Algo peculiar ocurrió en ese evento.
Plantada frente a los presentes que llevaban varias horas escuchando experiencias de erradicación y modificación de las costumbre, en una de las últimas intervenciones del día, Blanca Lucila Andrade dejó perplejos a muchos al admitir no sólo que ella fue sometida a la ablación sino también que, como partera tradicional, lo hizo con sus cuatro hijas y con sus nietas.
Pero la mayora Blanca no es Embera, es indígena Nasa del departamento del Cauca.
Básicamente esta mujer acababa de derribar la teoría de que la práctica se había erradicado entre los Nasa. Y hablaba con espíritu de resistencia.
Después de su presentación, pequeñita y fuerte, elegante en sus ropas tradicionales y sombrero, me contó.
Blanca Lucila AndradeImage copyrightNATALIO COSOY/ BBC MUNDO
Image captionBlanca Lucila Andrade reveló que los Nasa siguen practicando la MGF, algo que se creía que habían dejado de hacer hace 15 años.
"Yo ahora cuando me dice la familia que lo haga, lo hago; pero si me dicen que no lo haga, yo no lo hago. A mí como, cosa rara, nunca me han sangrado".
Pero es una práctica nociva, le advirtieron. Y ella preguntó qué quería decir "nociva". Le respondieron que quiere decir algo malo.
"Yo me quedé muy sorprendida".
Claramente, la práctica no ha cesado, ni entre los Nasa, ni entre los Embera.
Recientemente se reportaron dos casos de niñas Embera en el departamento de Valle del Cauca que presentaban infecciones generadas por mutilación.

Consecuencias

"Las consecuencias físicas más frecuentes son la sobreinfección, porque además es una zona cubierta que es húmeda, a la que no se le hacen curaciones", explica Leonardo Quinteros Suárez, del Instituto Nacional de Medicina Legal de Colombia.
"Lo otro es que puede producir sangrados prolongados en el tiempo, que llevan a una pérdida masiva de sangre y la muerte".
Y sus secuelas pueden afectar la vida cotidiana de niñas y mujeres y complicar sus partos.
El mayor número de casos de MGF ocurre en África y Medio Oriente, donde hasta 2008 más de 140 millones de niñas y mujeres habían sufrido algún tipo de mutilación genital, aunque también existe en otros países.
Naciones Unidas estima que cada año 3 millones de niñas corren el riesgo de ser mutiladas y morir en todo el mundo.


En América Latina hay cierta evidencia anecdótica de la práctica en grupos indígenas desde Brasil y Ecuador hasta México -e incluso algunos afro-, aunque se cree que en la mayoría ha sido erradicada o ha desaparecido.

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