Melania Trump participó en el acto de toma de protesta el mes pasado y desde entonces no ha hecho más apariciones públicas. Doug Mills/The New York TimesLa visible ausencia de Melania Trump en la ceremonia solemne solo sirvió para resaltar su desaparición de la mirada pública, días después de la toma de posesión de su marido. Esto ha hecho que se cuestione cuáles son las funciones que planea desempeñar como primera dama.WASHINGTON — Cuando el presidente Donald Trump viajó a la Base de la Fuerza Aérea Dover en Delaware para rendirle honores a un marino fallecido del cuerpo SEAL de la Marina de Estados Unidos fue acompañado por su hija Ivanka, y no por Melania, su esposa.
El año pasado, Melania Trump acabó con décadas de tradición al decidir que no se mudaría de inmediato a la Casa Blanca cuando su esposo se convirtiera en presidente y que, en cambio, permanecería en su lujoso penthouse de Manhattan para que Barron, el hijo de diez años de la pareja, pudiera terminar el año escolar. Esa decisión ha ocasionado que haya una transición inusualmente lenta en su rol de primera dama que tradicionalmente ha sido ajetreado, demandante y está sujeto a un gran escrutinio.
Las solicitudes de los recorridos por la Casa Blanca, que tradicionalmente son atendidos por la oficina de la primera dama, se han apilado por miles, según las personas familiarizadas con el proceso que hablaron con la condición de que se respetara su anonimato.No fue sino hasta el primero de febrero cuando nombró a Lindsay Reynolds, quien trabajó en la Casa Blanca durante la administración del presidente George W. Bush, como su jefa de personal, un cargo que la mayoría de las primeras damas ya nombraron antes de la juramentación. La esposa del presidente Trump todavía no define otros cargos básicos, como la secretaria social y la directora de comunicaciones.
Aún no se sabe qué tanta planeación se ha realizado respecto de los complejos eventos de la Casa Blanca que se encuentran entre las tareas más difíciles de las primeras damas, como la Carrera del Huevo de Pascua que atrae a 35.000 personas cada año.
“Está muy retrasada en comparación con las primeras damas de la era moderna al momento en que sus esposos asumían el cargo, es algo que nunca antes se había visto”, dijo Myra Gutin, profesora de la Universidad Rider. “Nos encontramos en un territorio desconocido en este caso”.
Las personas cercanas a Melania Trump cuentan que tiene todas las intenciones de adoptar un perfil más ambicioso, aunque no tiene prisa por imponer su figura pública. Ella está trabajando entre bambalinas para adaptarse al trabajo en sus propios términos, una tarea que resulta infinitamente más difícil teniendo en cuenta la comparación con Michelle Obama, quien dejó el cargo con un índice de aprobación del 68 por ciento y, tal vez, con el mayor estatus de celebridad que ha gozado una primera dama.
El índice de aprobación de Melania Trump es del 37 por ciento, según una encuesta que Gallup realizó en enero, por lo que es considerablemente menos popular que muchas primeras damas antes de que sus maridos asumieran la presidencia. También resulta mucho más enigmática: uno de cada cuatro estadounidenses no están familiarizados con ella o no tienen ninguna opinión.
La primera dama está oponiendo resistencia a los confines tradicionales del cargo con mucha más fuerza que Michelle Obama, quien después de la elección de su esposo en 2008 quería quedarse en Chicago con sus hijas mientras terminaban el año escolar, pero sus asesores políticos le dijeron que el público nunca aceptaría esa decisión.
Después de anunciar a su jefa de personal, Melania Trump eligió a la decoradora de interiores, Tham Kannalikham, para modificar las habitaciones de la Casa Blanca.
En los próximos días, planea anunciar la contratación de Natalie Jones, exfuncionaria de protocolo de la administración de Obama, como su secretaria social, según las personas que conocen sus planes, y a Stephanie Winston Wolkoff, la exdirectora de la Semana de la Moda en Lincoln Center, quien planeó las festividades de la toma de posesión de Trump, como su asesora principal.
“Estoy reuniendo a un equipo profesional y muy experimentado, que se dará el tiempo para hacer lo correcto”, dijo en una declaración reciente. “Me siento emocionada de estar organizando y reuniendo a un grupo de personas muy dinámicas y progresistas que trabajarán juntas para hacer que este país sea mejor para todos”.
Sin embargo, por ahora, la falta de personal privó a Melania de tener control sobre su imagen, lo que condujo a especulaciones acerca de todo, desde su salud mental hasta la fecha en la que se mudará a la Casa Blanca.
Su ausencia en Washington alimentó los rumores de que tal vez nunca se mudaría a la capital.
Su ausencia en Washington alimentó los rumores de que tal vez nunca se mudaría a la capital.
Como no existía ninguna de las fotos tradicionales de la primera dama ajustándose a la vida en la Casa Blanca, las redes sociales se aprovecharon de un meme basado en un video de Melania Trump frunciendo el ceño durante la inauguración, potenciando la etiqueta #SadMelania.
Wolkoff dijo que la esposa de Trump tiene toda la intención de mudarse a la Casa Blanca y que dividiría su tiempo entre Washington y Nueva York mientras eso sucediera. “Ha pasado muy poco tiempo desde que Trump asumió el cargo y la primera dama se ocupará de sus funciones de una manera pragmática y atenta que sea auténtica y genuina para ella”, declaró Wolkoff.
La contratación de Reynolds parece responder a las preocupaciones sobre la interrupción tan inusualmente larga de los recorridos a la Casa Blanca. Reynolds manifestó que “trabajaba para asegurarse de que la Oficina de Visitantes a la Casa Blanca cuente con el personal necesario y esté en plena operación y lista para aceptar las solicitudes de visitas guiadas del público en las semanas próximas después del tradicional cierre temporal del periodo de transición”.
Reynolds también comentó que ya “hay planes” para el Baile de los Gobernadores, un evento de etiqueta para los gobernadores de la nación que se realiza en la Casa Blanca a fin de este mes. Un vocero dijo que las reuniones para la planeación de la Carrera del Huevo de Pascua tendrían lugar en el transcurso de las próximas semanas.
Anita McBride, quien fue jefa de personal de Laura Bush, dijo que Melania Trump debería tener espacio para definir su puesto de la manera más cómoda para ella.
“Todo el mundo tiene expectativas sobre cómo piensan que debería ser, pero la realidad es que es a la primera dama a quien le corresponde determinar cómo puede desempeñar su función de tal modo que sea auténtica”, comentó McBride.
“Estamos acostumbrados a ver que estos anuncios se hagan antes de la toma de posesión y que todo el mundo esté en su sitio desde el primer día, pero eso no quiere decir que tenga que ser así”.
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